Fórmula 1 de escritorio (2012)
Vamos a ver que pasa
en la próxima curva,
necesitamos un poquito de suerte
y el margen que tenemos oscila,
nadie tira la toalla,
y la vuelta rápida es algo de lo que carezco.
Cuando el otro se encuentra a unas décimas
el retrovisor se asusta,
y la mano derecha se aferra a la palabra.
A veces la silla no se mueve,
y otras se desplaza inoportuna,
puse un espejo junto al flexo
y lo observo de reojo,
para ver si alguien se acerca por la retaguardia
traspasando una puerta
que no sabe cerrarse.
La última recta es alargada,
la ultima curva no parece acabarse,
cuadro a cuadros,
gomas desgastadas
y el formato analógico de mi Staedler
deja paso a una mina HB
que solo propone pensamientos por escrito,
mientras, mi coche rojo se desvanece entre los sueños.
Ir al principio de la página Volver al índice de Poesía