Al margen de pavone (Octubre 2010)


Será la condición humana, esa capacidad enraizada en lo mas profundo de nuestra naturaleza. Será el cuerpo de refriega que se nos pone alrededor de la palabra cuando recurrimos a temas recurrentes que siempre invitan a encasillarse en bandos, en banderas. Será la simplicidad del alma de los hombres que se escuda en el polvo de los odios de antaño, de las ideas de los otros, de los muertos que no callan tras el humo de su incineración.

En Africa vuelven a morir los de siempre, vuelven a violar a los de siempre, vuelven a pudrirse los de siempre; ellos no interesan, son pobres, negros sin el brillo del dólar, negros de mierda. Aquí lo fundamental es la cumbre de los ricos en el país del norte, los muros de la vergüenza, la financiación de la iglesia católica, la rodilla de Van Nistelroy, el rescate a los bancos.

Mi mente se ha mudado a la periferia de las confrontaciones, Soy una diáspora con cara de naranja que ante la imposibilidad de decidirse ha optado por ser margen. En los márgenes no hay letras, si acaso alguna huella dactilar que en el pasado pasó una página para seguir leyendo. A mi no me engañan los discursos, ni me decantan las intenciones o los proselitísmos. Estoy hasta los cojones del pueblo hebreo, de los grupos de poder, de los interesados, de los gregarios, de los intereses, de las mentiras, de las ideas políticas, de las religiones, de los curritos de derechas y los currantes de izquierdas, de los cenízos del Atletico, de lo que nos venden como bueno, como verdadero. Me dí cuenta hace años que lo bello, lo interesante, lo autentico, lo válido, ni está ni puede estar al alcance del entendimiento del gran público. Miras las televisiones y se nutren del poder de una masa embrujada en el dorado de la mediocridad y de la sonrisa o lágrima sencilla. Los libros mas leídos suelen ser grandes historias de escritura simple . Gana el furbol y los videojuegos. Las películas son las de la masa, las minoritarias, las buenas, desaparecen de la cartelera en dos semanas. Gusta la simplicidad, la aureola, el artificio.

Mi margen es blanco, miras a lo lejos y no se ve a nadie. Llevo caminando un largo tiempo y voy cambiando la música de fondo, he pasado de Bach a Rita Pavone y ahora me muevo en círculos siguiendo el ritmo, respirando. Suelto carcajadas al aire mientras observo como sube mi polla al tiempo que yo bajo. Llevo un traje de César de las Heras, un traje de piel y pelo. Las luces son las pocas que yo tengo y en el suelo me acompaña una sombra que se alarga y se encoge alternativamente. Mis ideas no son las vuestras y no me interesa casi nada de vosotros. Voy a dejarme llevar por la insolencia o por los cambios de color del arce para darme cuenta de la temperatura, del momento del día o de la noche, de la estación. Sigan dando vueltas a su ombligo yo seguiré girando con mis músicas, me alejo mientras suena el soy minero de Molina, reproduzco un paso de pecho y vuelvo a saltar mientras mi polla va bajando.

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