Tú no tienes la culpa (2003)


Tú no tienes la culpa

solo eres un hombre

no de tu sexo

no por desplazarte erguida

nada más mujer

sólo persona suficiente.

Llega su aroma sobre el viento

y enarbolas tu mano

recoges su olor y sonríes.

Palpa su mirada tu pecho

y te giras

para que palpe tu desprecio

para que se gire.

Se dirige a ti cada tarde

y al atardecer de cada tarde

acercas tu dedo a su boca

y le silencias

mirándole a tu dedo

reconociendo la importancia del silencio

la incapacidad de  hallarlo a su lado

y la posibilidad de alcanzarlo sin ella.

Y por ella

bajo su cintura

mezcla de la sorpresa acostumbrada

y de la ligera torsión  de su figura

enarbolas la bandera más blanca

pidiendo junto a su dignidad

consejo, pulso y púa.

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